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Hay una venta récord de antibióticos por las mastitis

El incremento, fuera de lo común, de los casos de mastitis en los tambos genera una venta récord de antibióticos. Las infecciones de ubre se están transformando en un problema serio y obliga a apartar más vacas.
Empresas lácteas le prestan asistencia a productores para frenar el problema.


Siempre se dan más problemas de infecciones de ubre (mastitis) en verano, pero nunca como en este año. Las copiosas lluvias y el calor, generaron un exceso de barro que provocó un mayor desarrollo de las bacterias y como consecuencia, la venta de antibióticos para controlar las mastitis mantiene su récord.

Los vientres afectados y tratados bajan las defensas y se vuelven dependientes del antibiótico. Aunque se curan, sus defensas siguen disminuidas y como se mantienen las condiciones propensas para que las infecciones continúen (sigue el barro y el calor favoreciendo la proliferación de las bacterias), muchas vacas deben ser apartadas del rodeo y otras se curan y siguen dando leche. "La venta de antibióticos para combatir las mastitis es récord y los volúmenes vendidos son algo nunca vistos para Uruguay", aseguró a El País Hugo Montaner, director de Laboratorio Merial y presidente de la Cámara de Especialidades Veterinarias.

En su caso, la alta venta quebró los stock. "Las ventas de este año superaron todos los históricos", explicó.

El récord de ventas también se refleja en otras empresas y a nivel de los veterinarios que atienden el problema en los tambos, muchos de los cuales no dan abasto.

Elena de Torres, asesora lechera, médica veterinaria y catedrática de Facultad de Veterinaria, también reconoció que este año "hubo un estallido de mastitis como nunca" y le atribuyó el problema, en parte, al exceso de humedad que favoreció el crecimiento de microorganismos causantes de las infecciones en las ubres.

También sostuvo que el estrés calórico influyó -en enero y febrero- bajando más las defensas de las vacas.

Por su parte, Horacio Leániz, presidente de la Cámara Uruguaya de Productores de Leche y productor de la zona de Kiyú dijo a El País que sigue complicada la situación, porque "las mastitis permanecen", por más que se haga todo lo posible para detener el problema.

Leániz, como otros tamberos, lo vive en carne propia. "Cuando teníamos un 0,5% de mastitis mensual, hoy tenemos 4% o 5% de mastitis recurrente, lo que obliga a refugar (apartar) más vacas", explicó.

En los tambos, la edad del animal, la baja performance reproductiva o incluso los accidentes (vacas que se caen y quedan mal), son las causas más frecuentes de refugo y no tanto las mastitis, mucho menos cuando son "ambientales", porque el clima sigue favoreciendo las condiciones para que se mantengan las infecciones en el rodeo.

Las mastitis reincidentes agarran al productor con buenos precios de leche y con perspectivas favorables de valores para el futuro, por lo que tener que refugar vacas cuesta mucho más todavía, porque la producción de leche se reduce.

La industria láctea también siente el incremento de la cantidad de células somáticas en la leche, porque también disminuye el volumen remitido por los productores y le baja la calidad de la leche.

"Estamos trabajando muy fuerte a nivel de los tambos con veterinarios calificados, incluso para apoyar anímicamente a los productores", aseguró a El País Erwin Bachman, gerente de la empresa Claldy.

"El aumento de células somáticas en la leche -sinónimo de infecciones en las ubres- es muy fuerte", reconoció el industrial, haciéndose eco del problema que sufren los tambos remitentes de leche a las plantas de pasteurización.

El País, PABLO ANTÚNEZ

Foto: Archivo El País