El trabajo tiene por objetivo contribuir a la preservación de los valores ambientales y al desarrollo sostenible del sector lácteo, mediante el estudio de las aguas residuales de tambos ubicados en la cuenta del río Santa Lucía. El mismo abarcará a la zona comprendidas por las seccionales policiales 1º, 2º y 3º de Canelones, 3º, 5º, 15º y 16º de Florida, y 8º y 9º de San José.

La tarea apunta a conocer la situación de esos establecimientos seleccionados -los que deberán ordeñar más de 200 vacas- en relación al manejo de sus aguas residuales, para lo cual se llevará a cabo un relevamiento de aspectos generales vinculados al manejo de efluentes y se seleccionarán cinco establecimientos que sean de interés para realizar tareas de monitoreo y evaluación del manejo realizado.

Según informó el INALE, la información individual relevada es confidencial de uso interno para el Convenio INALE-FJR, por lo cual se utilizará solamente a los fines del estudio mencionado para recomendaciones a los productores del sector, en base a los sistemas que sean evaluados como más aptos para la gestión de los efluentes.

La información recabada será de mucha utilidad para INALE ya que permitirá evaluar los distintos sistemas implementados en los tambos y su impacto en la sustentabilidad del medioambiente, por lo que la entidad solicita el apoyo de los productores con el fin de acceder a la información que se les solicite por parte de los técnicos que realicen el relevamiento de campo.

Tal iniciativa abarcará a unos 1700 tamberos de la zona este del departamento, entre Ruta 45 y Santa Lucía, 300 integrarán la fase piloto de la misma, los que ejecutarán acciones de tratamiento de efluentes en el marco de los Planes de Uso y Manejo de Suelos que el MGAP impulsa en la zona para mitigar la erosión generada por la producción lechera.

Vale recordar que también en el marco de estas acciones las gremiales de productores vinculadas a la zona están evaluando una propuesta del INALE para la adquisición de unos equipos especiales procedentes de Canadá, con una inversión de US$ 250 mil por cada uno. Cada uno de estos equipos está conformado por un tractor de 200 HP y otro de 150 HP, un tanque de 20 mil litros, bombas para sacar sólidos y otras para tratar el líquido sobrenadante (bosta); y se utilizarían para el vaciado de las piletas de decantación de cada tambo -priorizándose a los pequeños productores- y verter los sólidos en el campo usándolos como fertilizante.

La compra de estos equipos se canalizaría a través de un sobrante de US$ 1 millón del Fondo de Financiamiento de la Actividad Lechera (FFAL) administrado por los ministerios de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) y Economía y Finanzas (MEF)

Fuente: Primera Hora