El ministro interino de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), Enzo Benech, defendió la gestión económica y el desempeño del sector agropecuario, en un discurso en el que respondió tres alusiones de los candidatos presidenciales que fustigaron al gobierno en diversos temas.

Benech recordó primero que en 2013 el Producto Interno Bruto (PIB) agropecuario fue de 4,6% y que en los últimos tres años acumuló un crecimiento de 34,6%, contando la producción “hasta la portera”, es decir, que no tuvo en cuenta lo que se derramó sobre otras actividades, como el comercio, la industria y los servicios. “Por eso decimos que venimos bien”, acotó.

El ministro interino mencionó luego que la inversión alcanzó el entorno del 23% del PIB, cuando una década atrás era 11%, y recordó que los proyectos presentados a través de la ley de promoción de las inversiones alcanzaron a US$ 719 millones, el 25% en el sector agropecuario.

“Nadie invierte si no confían en el sector y en el país. Eso es un voto de confianza”, remarcó. En tercer lugar, el jerarca reconoció que los costos de producción subieron, pero agregó que los ingresos brutos también. Benech mencionó un trabajo del Plan Agropecuario que entre 2000 y 2012 se dieron los mayores ingresos brutos para las empresas ganaderas de ciclo completo y cría.

Al comienzo de su alocución, Benech respondió a Jorge Larrañaga, quien había recordado que había 12 mil productores menos según el último censo.

“Lo que no dijo, porque no lo sabe, es que 8.000 predios no fueron cesados porque no tienen actividad agropecuaria”, acotó el jerarca.

A Luis Lacalle Pou le respondió que “faltó a la verdad” cuando dijo que no había concurrido al Parlamento a dar la posición oficial sobre el proyecto de Aratirí. Y a Pablo Mieres le explicó por qué el Estado contrató tantos empleados en este período.

Respeto

Carlos Uriarte intervino para pedir respeto hacia el ministro Enzo Benech cuando fue interrumpido por alguien del público que le gritó: “Tres años demoraste con el censo, hermano”.

Fuente: El Observador, H. Ocampo y P. Silva, enviados a San José