Get Adobe Flash player

Rotura de dique minero volcó más de 30.000 metros cúbicos de residuos tóxicos en el río Pilcomayo

La contaminación ocurrida en la zona de Potosí, al suroeste de Bolivia; podría afectar también al sur de Paraguay y el norte de Argentina que comparten esta cuenca.

Autoridades bolivianas señalaron que los niveles de sodio, hierro, cromo y manganeso sobrepasan los estándares permisibles en la zona del derrame. Preocupación por consecuencias para comunidades ribereñas de agricultores y pescadores.

El Derrame

Un dique de residuos mineros perteneciente a la empresa Santiago Apóstol, colapsó el pasado 4 de julio, pero el incidente sólo fue informado por la empresa a las autoridades locales una semana después. Análisis de laboratorio encarados por la gobernación boliviana de Chuquisaca confirmaron un incremento en la presencia de metales pesados en las aguas, lo que “representa un peligro inminente para la población” según señaló el fiscal provincial, José Luis Ríos.
El estudio realizado en la zona del incidente señaló que la turbiedad del agua es un 2.040% superior a lo normal, mientras el nivel de sodio aumentó un 175%; el hierro 166%; el manganeso un 200% y la presencia de cromo se incrementó en un 120%, sobre los límites permitidos.

Afecciones gastrointestinales como diarreas, vómitos e inapetencia podrían ser los síntomas inmediatos de la población que beba o consuma alimentos contaminados con estas aguas. “Pero cuando estos niveles se mantienen por mucho tiempo pueden haber manifestaciones crónicas como abortos espontáneos, mayor prevalencia de cáncer, malformaciones congénitas o retardo mental y de aprendizaje en los niños”, indicó el director departamental de salud de Chuquisaca, Martín Maturano. Los más afectados serán las poblaciones ribereñas, principalmente comunidades de pescadores y agricultores.

“Son más de 30.000 metros cúbicos que se han vertido al río y no solo afecta a las personas, también a los animales, esto tiene un efecto multiplicador muy grave”, señaló el gobernador de Potosí, Félix González. Agregó que la empresa minera Santiago Apóstol no contaba con una licencia ambiental ni licencia de concesión conforme a norma.

El Ministerio Público boliviano ordenó la paralización cautelar de la actividad minera en la zona y se abrió un proceso penal en contra de la empresa responsable del incidente, medidas que se suman a las acciones legales anunciadas por autoridades de Sucre, Potosí, Chuquisaca, entre otras.

Preocupación en Paraguay y Argentina

La Cancillería de Bolivia informó que una delegación, encabezada por el vicecanciller Juan Carlos Alurralde, y el viceministro de Medio Ambiente, Roberto Salvatierra, entregarán un informe detallado sobre la situación en una reunión de la Comisión Trinacional del Río Pilcomayo, que se realizará el jueves 24 de julio en Buenos Aires, según informó la agencia EFE.

Con ello se espera dar respuestas a solicitudes realizadas por autoridades tanto de Paraguay como Argentina, que requirieron formalmente más datos a sus pares bolivianos para evaluar la situación.

En Argentina, la Cámara de Diputados de la Nación resolvió apoyar un pedido de informe impulsado por el diputado Alberto Asseff (UNIR), para que Cancillería y el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable, soliciten más antecedentes que permitan evaluar las potenciales consecuencias de la contaminación minera. Mientras Didier Olmedo, representante de la cancillería Paraguaya y presidente pro témpore de la Comisión Trinacional del Río Pilcomayo, solicitó a su embajada en La Paz “monitorear la situación”, según informó el periódico ABC.

Un río vital para la región

La Cuenca del río Pilcomayo está conforma por una extensa área de más de 290 mil km2 compartida entre Bolivia (31%), Argentina (25%) y Paraguay (44%). Es uno de los afluentes más importantes del Gran Chaco Americano y una de las áreas de mayor biodiversidad del sur del continente. El río Pilcomayo recorre unos 2.400 kilómetros desde su origen en el departamento andino de Potosí, hasta su desembocadura en el río Paraguay, frente a la ciudad de Clorinda (Argentina) y en las cercanías de la capital paraguaya, Asunción. Se calcula que cerca de 1 millón y medio de personas habitan la cuenca del Pilcomayo, el 37% corresponde a población indígena de los pueblos Nivaclé, Wichí, Qom, Tapiete, entre otros. Estas poblaciones, junto a comunidades campesinas criollas tienen en el río Pilcomayo una de sus principales fuentes de abastecimiento de agua para consumo y riego, además de ser fuente de abundantes recursos para la pesca.

En Argentina el Pilcomayo recorre el límite noreste de la provincia de Salta, donde es un importante lugar de desove y alimentación para las especies de peces como los sábalos, pacúes, dorados, surubíes, bogas, entre otras. Recorre irregularmente toda la provincia de Formosa, dando forma a ecosistemas como el Bañado La Estrella, y sirve de límite natural entre Argentina y Paraguay.

La contaminación minera en el Pilcomayo no es un problema nuevo en la región. La proliferación de explotaciones sin ningún control estatal en la cuenca alta, genera gran cantidad de desechos tóxicos que van a parar al río contaminando sus aguas con plomo, cadmio, arsénico, aluminio y mercurio. Así lo confirman estudios realizados por la propia Comisión Trinacional en el año 2004 y también un monitoreo realizado por ONGs bolivianas nucleadas en la Liga de Defensa del Medioambiente (LIDEMA) entre 2011 y 2013.

Ecoportal.net

www.redaf.org.ar