1. Alarma a los productores la falta de conocimiento, y sobretodo la insensibilidad a la realidad de la producción agropecuaria, por parte de los poderes Ejecutivo y Legislativo. Primero, porque habiendo estado la mitad del país en emergencia hasta hace 3 meses, si bien ha llovido, los campos simplemente cambiaron de color, y los efectos de la sequía aún están plenamente vigentes. Segundo, porque tal como lo demuestran los resultados presentados por el Instituto Plan Agropecuario y por FUCREA, los resultados de las empresas agropecuarias han tenido un importante deterioro en el último ejercicio, que seguramente empeoraran en el ejercicio en curso.
Preocupa profundamente que el poder ejecutivo proponga medidas y que el parlamento las apruebe en régimen de disciplina partidiaria, que agravan esta situación.

2. ¿Dónde quedo la promesa del presidente, de no aumentar la carga tributaria al sector?
Ante la notoria desfinanciación de los Gobiernos Nacional y Departamentales, se le impone al sector un aumento en la presión tributaria, ¿no se debería primero realizar un ajuste al gasto público, y mejorar los servicios del Estado?

3. Con las reformas tributarias ya aprobadas y en estudio, que harán pagar impuestos a pequeños productores, ¿no se contradice con esto a las políticas de apoyo a los mismos?

4. Preocupa la falta de comunicación con el MGAP, y la ausencia del mismo en la discusión pública, de los temas que están angustiando a los productores rurales.
En el Uruguay, el campo en su inmensa mayoría, somos empresas familiares que viven de trabajar la tierra, y no de su venta.

Tengamos en cuenta que con este tipo de medidas desmotivamos al trabajo rural, y que por cada productor rural que baja los brazos, muy probablemente un extranjero ocupara su lugar.
Los Presidentes de las Sociedades federadas se declaran en asamblea permanente para evaluar las medidas a tomar en defensa de la producción y del trabajo